Teletrabajo, jornadas interminables

Teletrabajo

El teletrabajo

“Llamadas, correos, WhatsApp a altas horas de la noche, cualquier día de la semana”: así es como se está viviendo esta era del teletrabajo.

¿Quién no soñaba con trabajar desde casa?  Mientras en reuniones de trabajo o con amigos comentábamos, como era posible que en otros países lo implementaran y aquí fuéramos tan cerrados y obsoletos.  Y es que lo veíamos como la fórmula perfecta, de la cama al computador, sin desmejorar el servicio; vaya buena vida que nos estábamos perdiendo.

¿Y ahora qué?

De prisa y corriendo gracias a la pandemia se ha implementando en la mayoría de las empresas el teletrabajo (música de fondo tocando el cielo) y definitivamente tengo dos teorías:

  • No era lo que esperábamos y nos vendieron un sueño
  • Se ha malentendido por completo

Y la teoría escogida por los expertos (y con la cual coincido) es que no optamos por el trabajo remoto por decisión propia de cada empresa, bien estructurada y planeada, si no por #necesidad, y en este proceso la forma en la que estamos llevando a cabo el trabajo remoto  dista mucho del escenario ideal.

Te preguntarás que hace ineficiente al teletrabajo, pues les tengo una lista:

  • Hemos trasladado los malos hábitos del trabajo presencial, a nuestro nuevo trabajo remoto en casa.
  • Exceso de videoconferencias, estamos saturados
  • Necesidad de permanecer en modo #disponibles fuera del horario laboral habitual (y es que los supervisores, gerentes, clientes y dueños no lo ponen fácil)
  • Ahora hay menos tiempo para compartir con la familia

Esta buena práctica, mal implementada nos está causando más estrés y ansiedad que la propia pandemia.

«El que piense que el teletrabajo es fácil, cómodo y flexible, está equivocado.   Se ha malentendido por completo, los horarios de trabajo son maratónicos, dando como resultado una carga laboral mayor, sumado al estrés propio de la casa y la pandemia»

Las reuniones y las urgencias llevan la batuta en este encierro, y si aún no lo ves claro te doy más ejemplos:

  • Iniciamos la pandemia con una reunión a la semana y ahora las quieren todos los días, por horas interminables y nos preguntamos ¿Cuándo hago mi trabajo si me la paso en videoconferencias?
  • Los plazos de entrega se han modificado automáticamente sin que nos hayan pasado una notificación y es que los clientes piensan, que porque estamos en casa tenemos más tiempo. A ver como se lo podemos decir; seguimos trabajando 8 horas y en algunos casos por temas económicos nos han recortado la jornada a 4 horas. No es que lo que antes entregaba en 15 días ahora puedo hacerlo en 1.
  • La incongruencia es que son más exigentes en una situación fuera de lo normal, en la que no se cuenta en muchos casos con las mejores condiciones, y se han olvidado que estamos trabajado con menos personal y no es lo mismo trabajar al 100% con el 100% de tus compañeros a trabajar con un 50%.

El exceso de horas laborables es generalizado en todos los sectores o tipos de negocio.

Te citan a reuniones a las 6 de la tarde, sábados o domingos, el exceso de vídeo llamadas y las conexiones en diferentes plataformas.

Nos han robado nuestro espacio, ese espacio que teníamos antes de que entráramos en el teletrabajo y del cual nos quejábamos, pero que ahora añoramos.

La realidad es que necesitamos seguir trabajando y no es opcional poner un alto, lo que sí podemos hacer es: re organizar nuestros días laborables, poner límites y respetarlos.

La salud y la tranquilidad de los colaboradores debe seguir siendo lo más importante, por eso es importante contar con un seguro colectivo que te brinde las mejores coberturas.

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